Joder, joder.
Hace poco menos de un mes mi hijo me pico con intentar llegar a los mil caches. En aquel entonces nos faltaban unos ciento y pico y decidí intentarlo y que este fuera él número mil, pero por diversos motivos no va a poder ser, pero no por ello iba a dejarlo en blanco.
Hoy en un caluroso día he decidido coger mi mochila de los recuerdos, echarmela a la espalda y subir al calvario, la subida preciosa, encontrar él tesoro más rápido aún, y ha sido entonces cuando me han bombardeado los recuerdos de mi mochila, he cogido la cámara de fotos y al fondo hacia el centro me he visto nacer en el hospital militar, un poco más a la izquierda me ha visto correteando entre las dársenas de la bazan, y un poco más adelante me he visto jurando bandera en el CIR de Cartagena, y para rematar la faena casi a mis pies el campo santo, lugar donde está mi madre enterrada, que de paso he aprovechado para pasar un rato con ella.
Que más decir, que no será el número mil, pero amigo, es el número uno.
Muchísimas gracias por hacerme un recorrido de mi vida.
